Nada
Los Excluidos
Carlos Rodríguez Nichols
Los Excluidos de Jelinek se desarrolla en el marco histórico político de Viena de la postguerra. Una sociedad marcada por la derrota y la pérdida a gran escala de bienes materiales y, especialmente, de valores éticos y morales.
Espejo donde se refleja un pasado que no se quiere ver y más bien se intenta, a toda costa, olvidar. Un pasado en que se vislumbra la decadencia y la devastada caída al abismo de una cultura alemana y de sus aliados que, por una década, pretendieron conquistar el mundo bajo el poder totalitario de un régimen fascista y xenófobo.
Un presente donde no quedó nada. No hay nada más que un pasado de abusos, agresiones, violencia y engaños que hay que olvidar para re-construir, entre las cenizas de la nada, un presente carente de norte y esperanza.
De ahí, esos rasgos nihilistas y anárquicos que claramente se dibujan en el perfil de los cuatro personajes protagonistas de esta historia de excluidos en una sociedad excluida de presente y futuro.
La novela de Jelinek palpa la subjetividad de cada una de estos cuatro adolescentes donde, a través de sus historias personales, se pone en juego la vacuidad, la nada, independientemente del medio social y económico en que cada uno se desarrolle: los hijos gemelos del ex soldado nazi, la hija de los millonarios y el hijo de la sindicalista.
Todos los personajes, desde su propia perspectiva, son un ejemplo de un vacío de existir, de un presente sin futuro. No obstante, los cuatro adolescentes, convergen en un punto cardenal: la degradación del ser humano donde no se asalta o se mata por dinero, sino más bien para canalizar, dejar salir el odio, el miedo y el sentimiento de derrota que carcome las fibras internas de aquella sociedad de excluidos vieneses de la postguerra. Por esa razón asaltan y matan transeúntes en la mitad dela noche: para intentar darle un sentido a su vacuidad: a una existencia sin sentido.