Las potencias mundiales en el conflicto de Siria

Carlos Rodríguez Nichols

El escenario de Siria pone de manifiesto una vez más las erráticas estrategias diplomáticas y militares de las naciones occidentales orquestadas por Estados Unidos. Lineamientos políticos y armamentistas que no han logrado detener al Estado Islámico ni tampoco destituir al dictador sirio.

Desde hace cuatro años la coalición conformada por Estados Unidos y Europa brindan apoyo militar a los rebeldes sirios en contra del presidente de Siria, considerado por sus opositores un generador de grupos extremistas debido a sus sangrientos métodos de control social. Las potencias occidentales apuestan por la eminente caída del presidente Bashar al-Assad y por la erradicación del Estado Islámico. No obstante, hasta ahora la coalición ha fracasado en el intento de derrocar al dictador sirio y en el exterminio del Estado Islámico, el cual, contario a las proyecciones, se expande con más fuerza por gran parte del territorio de Siria e Irak.

Se puede pensar que una de las mayores falencias estratégicas de la coalición se debe a la falta de coherencia de los servicios de inteligencia de las naciones occidentales respecto al posicionamiento del dictador sirio y de sus aliados: Siria recibe un importante apoyo logístico y económico de Irán sumado a la reciente intervención militar rusa en el conflicto. Injerencia cuya mirada está dirigida primeramente a la erradicación del Estado Islámico y que requiere de una estrecha relación con el presidente sirio. Por lo tanto, la estrategia rusa en el conflicto sirio consiste en brindar apoyo al régimen de Damasco atacando, con este fin, a todas las fuerzas opositoras, incluido el EI.

Pareciera que el plan de las potencias occidentales estuvo mal focalizado al tratar de eliminar paralelamente y en forma simultánea al presidente sirio y a los grupos extremistas. En todo caso, es más eficiente en primer lugar erradicar a los grupos extremistas y posteriormente impulsar o negociar un proceso de elecciones donde el pueblo sirio en forma soberana elija a su jefe de gobierno. Para ello, Moscú posicionado como aliado clave del dictador sirio quiere que Siria se prepare para unos comicios parlamentarios, a lo que Al-Assad en un intento de estabilizar su gobierno accedió llevar a cabo.

Las deficientes estrategias políticas y militares de las naciones occidentales en el conflicto de Siria han debilitado el liderazgo del presidente Obama en la región y ha dado un mayor protagonismo al Jefe de Estado ruso, quien en el último mes se convirtió en una suerte de padrino político y militar del dictador sirio. De esta, forma Vladimir Putin se reposiciona como líder mundial y Rusia se fortalece geopolíticamente en una de las zonas de mayor interés económico del mundo debido a sus reservas de gas natural y a su situación geográfica.

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