Carlos Rodríguez Nichols

Ay no… otra vez los norteamericanos la pifian en su política exterior como si no fuera suficiente con el autogol que metieron en Irak; porque vaya goleada se metieron ellos mismos con esa guerra que inventaron para justificar la invasión a Bagdad. Al final no encontraron ni un cachiflín, les costó trillones de dólares y doce años después el ex primer ministro británico, Tony Blair, pide disculpas alegando que la información de inteligencia estaba equivocada. Vaya papelón. Lo único que hace es poner en duda el profesionalismo de los servicio de inteligencia más desarrollados del mundo y el desprestigio como potencias mundiales al destruir a la nación iraquí dejando un vacío gubernamental que fortaleció al Estado Islámico en Siria e Irak, y que en la actualidad amenaza la estabilidad del viejo continente europeo.

Y como si fuera poco, ahora la CIA, obviamente segundado por el servicio de inteligencia británico, se lanza a decir que la explosión del avión aéreo ruso que despegó de Egipto, se debe a una bomba instalada por los grupos extremistas islámicos, EI, como represalia a los ataques perpetuados por el Kremlin en terreno sirio. ¡Ay, Dios mío, con que seguridad afirman semejante cosa! No será más bien que la bomba la pusieron los rebeldes sirios que luchan encarecidamente contra el régimen de Al- Assad y que son apoyados por las naciones occidentales. Con qué facilidad los norteamericanos dictan semejante cátedra si, después de catorce años, aún desconocen o pretenden desconocer los detalles del avión que impactó el Pentágono así como los pormenores del derribo de las torres gemelas. No vayamos muy lejos,  la CIA  después de medio siglo todavía intenta ocultar  la verdad alrededor del asesinato del ex presidente Kennedy. Uno de esos secretillos de Estado!

Las naciones de Europa bajo la dirección de Estado Unidos parece que no aprendieron la lección en Bagdad porque siguen metiendo la pata: desde hace cuatro años cambiaron de blanco pero con la misma táctica fallida. En Siria se pelean con todos y al final no ganan nada, lo único que hacen es gastar plata a lo tonto. No quieren a Al-Assad; supuestamente son enemigos de los grupos extremistas; arman hasta los dientes a los rebeldes sirios en contra del gobierno sirio sin darse cuenta que muchos de ellos son mercenarios que están donde más les calienta el sol: hoy se matan en un bando y mañana si están vivos están a favor de los que ayer fueron sus enemigos.

Claro, los occidentales lo único que han demostrado es estar cada vez más perdidos mientras que Putin se posiciona como el padrino de al Assad bombardeando a todo aquel que esté en contra del dictador sirio, ya sea rebelde o yidahista; da igual, se vuelan a todos los que no estén a favor del autoritario gobernador. Entre los dos autoritarios gobernantes, al-Assad proporcionando información de las posiciones enemigas y Putin con los bombardeos, en poco tiempo ya no queda títere enemigo con cabeza. Rusia se ha fortalecido y ha recobrado el papel de actor protagonista que había perdido en la última década. Ya no lo contrataban ni para actor secundario porque con costos salía de extra.

El Kremlin con semejante desplante se está coronando en la región ante los ojos del mundo y hasta de los norteamericanos que no les ha quedado otra cosa que cambiar de estrategia si es que algún día tuvieron una. El presidente moscovita es tan listo que en un mes logró lo que los otros no pudieron hacer en cuatro años, y hasta convenció al dictador sirio de dar el brazo a torcer y convocar a elecciones parlamentarias en un futuro cercano. Ya veremos que tan cercano!

Ay, los norteamericanos… pareciera que ni el conservadurismo partidista republicano ni tampoco el supuesto vanguardismo ideológico del primer presidente afroamericano demócrata hacen alguna diferencia; al final de cuentas, todos los políticos estadounidenses resultan siendo parecidos: ¿será que la mona aunque de seda se vista mona se queda? !